domingo, 11 de diciembre de 2011

"Descubrimiento" Parte VI (Fanfic sobre "Tierra de Lobos")


He leído muchas sugerencias acerca de como continuar la historia y he de deciros que nunca me planteo lo que voy a plasmar en palabras, simplemente dejo que vaya surgiendo. Vamos que no tengo ni idea de como va a continuar esto, soy la primera sorprendida ;)
Muchas gracias por vuestros comentarios.


Título: Descubrimiento

 Autora: Tee para Armas de Lesbiana




VI


 **Nota: Esta parte está narrada por Cristina



Algo más fuerte que mi voluntad me impulsó a seguirla. La esperé fuera de su casa y al verla salir mis pasos comenzaron a resonar tras los suyos.

Ella no me quería cerca, lo sé. Pero era como si un imán me llevara a Isabel con tal de obtener algunas respuestas a lo que nos estaba pasando.
La cosa era que cuando la parte irracional de mi mente decidió que iría tras ella no planeó que era lo que iba a decirle cuando me preguntara acerca de mi comportamiento.


Iba fija en su espalda, creo que mi cabeza se dedicaba a funcionar como una autómata programada para seguir la fragancia que dejaba  tras de sí al caminar, cuando…

“Bueno ya está bien ¿por qué me sigues? ¿Qué quieres?” Buena pregunta, yo misma no estaba muy segura de cual era la razón de todo aquello…

“Lo mismo que tú” Sí, esa era mi voz actuando por su cuenta, guiada más por mi corazón que por la razón.
Lo cierto es que ante cada mirada de Isabel sentía como mi raciocinio se evaporaba lentamente. Y yo, que siempre he sido una mujer de ideas muy claras y de decisiones tomadas con la mente fría, estaba viendo como aquella chica nublaba mi juicio de tal manera que hacía resurgir a la luz una Cristina que hace años que creía muerta. La Cristina que de verdad tiene sentimientos y actúa según lo que estos ordenan.

“Y tú ¿qué sabes acerca de lo que quiero yo?” Cuando me preguntó esto vi la tormenta que estaba teniendo lugar tras esos maravillosos ojos. Me sorprendió que a pesar de todo lo que estaba ocurriendo entre nosotras, siguiera manteniendo ese punto desafiante que la hacía tan diferente.

“Mucho. Tu mirada dice más de lo que tu voz admite…” Mientras decía esto saqué mi tono  más sensual, ese que he utilizado durante toda mi vida con el objetivo de conquistar a cualquier hombre. Pero ahora lo estaba utilizando sin más fin que el de hacerle ver a Isabel, que no era la única que estaba pasando por ese camino de sentimientos. Puede que ella nunca llegara a admitir todo lo que su cuerpo gritaba pero yo necesitaba decirle lo que percibía entre nosotras. Un algo al que no sabía ponerle nombre.

“¿ Y qué te cuenta?” Levantó la cabeza como escudándose un poco más en su actitud altanera.

Le cogí la mano y me la llevé al pecho. El simple contacto de su mano contra mi piel hizo que me sintiera mucho más humana que nunca en toda mi vida.
Debido a mi profesión hace tiempo que me he prohibido regodearme en el placer que me pueden llegar a provocar determinadas caricias, porque se que aquellos que me las dan no las sienten plenamente, y no me vale quedarme pensando en determinadas sensaciones que lo  máximo que les han supuesto a otros han sido unas simples monedas.
Pero bajo su tacto todo parecía tan diferente.
Tras unos instantes se apartó como si yo quemara.

“Aléjate de mí” Me dijo con una especie de furia que yo interpreté como miedo. Intentó marcharse pero no la dejé. La agarré por el brazo de tal manera que nuestros rostros quedaron a escasos centímetros.
Nunca antes me había pasado esto de quedarme sin aliento al sentir otra presencia tan cerca. Pero Isabel lo conseguía, de hecho estaba despertando demasiadas cosas en mí que yo misma no sabía que existían.

“¿Qué haces?” susurró mientras su mirada se paseaba entre mis ojos y mi boca. En sus pupilas vi reflejado el deseo, ese que ella intentaba esconder tras varias de capas de soberbia. Así que la parte irracional de mi ser, volvió a actuar por su cuenta. La besé.
Fue un beso tierno y dulce, con el que pretendía decirle que la entendía. Que ella no era la única nueva en esto.
Tras unos segundos, se separó de mí. Me miró con auténtico terror y salió corriendo. Y allí me quedé yo, sumida en una especie de trance.
¿Sería posible que Isabel Lobo consiguiera hacerme creer de nuevo en determinados sentimientos?

Desde mi nube de color de rosa no me di cuenta que un par de ojos ajenos habían sido testigos de aquel mágico momento y , tampoco me paré a pensar que ,probablemente, me metía en la aventura más peligrosa de toda mi vida.
Y , la verdad, es que creo que no me hubiese importado de haber caído en ello, porque por primera vez en muchísimo tiempo tenía una especie de mariposas en el estómago que sólo me provocaban un sentimiento: Felicidad.


Continuará....

2 comentarios:

  1. Tee!!! que m'as dejao otra vez sin palabras!!
    tienes una admiradora más...
    ya espero una 7º parte!!!
    besos!!!
    FDO: Vazquez (por si acaso -como diría Nieves-)

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